20 de mayo de 2007
 
Por POR EFRAÍN BARRADAS  / El Nuevo Día

En enero de 2005 abrió en el museo de arte de la Universidad de Puerto Rico en Cayey una exposición titulada 'Homar: Homo Humo-ris', donde se exhibían caricaturas, dibujos, grabados y diseños de Lorenzo Homar. Recientemente ha aparecido el catálogo de esta exposición, un hermoso libro que puede leerse como pieza independiente de la muestra, como un nuevo estudio sobre el artista. Y así lo leo.

No le debería caber duda a quien conoció a Lorenzo Homar que detrás de su severidad, rigor y dedicación había un hombre con un gran sentido del humor. (¡Ojo: el humor y la seriedad son parientes cercanos!) Éste se hace sentir en mucha de su obra, especialmente en sus caricaturas. En los años más productivos de su labor como caricaturista estuvo de paso por Puerto Rico Marta Traba. En un breve texto que aún es lectura imprescindible, Traba examinaba algunos aspectos del arte puertorriqueño del momento y no veía con buenos ojos las caricaturas de Homar.

En el ensayo principal de este libro, Elvis Fuentes deconstruye estos juicios y prejuicios de Traba. Este trabajo es excelente y de por sí justifica la lectura del libro. También la justifica la reproducción, en su hermosa caligrafía, del texto de una charla que Homar ofreció en la Universidad de Princeton a raíz de una exposición que allí se hizo de su obra. Ésta podría ser el centro de una recopilación de sus textos sobre su obra y el arte en general, recopilación que es otra de las tareas que están por hacerse.

Sendos ensayos de Antonio Martorell y Arcadio Díaz Quiñones completan el texto y contribuyen al estudio del artista. Pero el mayor aporte de este libro son las excelentes y abundantes ilustraciones de la obra de Homar. Ellas son su médula y músculo. Aquí volvemos a ver o a descubrir caricaturas geniales de Luis A. Ferré y su tocayo Muñoz Marín, de Marisol Malaret y Luis Rafael Sánchez, de Jaime Benítez y el propio Homar. Se reproducen muchas de las que aparecieron en 'Aquí en la lucha' (1970), libro cuya publicación mucho le debió a Georg Fromm y sus compañeros de La Escalera.

Pero para mí, lo más revelador de las reproducciones incluidas son las tarjetas que Homar preparaba para miembros de su familia, especialmente para su esposa Dorothy y amigos cercanos. ¡Estas son tesoros! He tenido la suerte de examinar en varias ocasiones parte del archivo del artista donde se conservan esas tarjetas. Por ellas se descubre otra cara suya: un Homar amoroso y amigable, una figura que nada parecía tener que ver con el hombre público. En ellas abundan retratos de doña Dorothy, quien no aparece con frecuencia en la obra de su esposo. En las postales se puede observar la mano de un Homar familiar, juguetón y chistoso, más que la del artista crítico y hasta adolorido de las caricaturas. Esa es otra cara del artista que habrá que explorar: el Homar íntimo.

Por presentar a este otro Homar, doméstico y feliz, por re-descubrir al Homar público, al caricaturista de un humor ácido y corrosivo, y además por incluir textos importantes del propio artista y de sus estudiosos, éste es un libro de gran valor que tiene que estudiar todo aquél interesado en el arte puertorriqueño y en nuestro humor, gráfico o verbal.
EFRAÍN BARRADAS ES ENSAYISTA Y PROFESOR DE LITERATURA EN LA UNIVERSIDAD DE LA FLORIDA EN GAINESVILLE.