Johnny Torres Rivera

El Parque Luis Muñoz Rivera, situado en Puerta de Tierra, justo en la entrada a la isleta de San Juan es el más histórico de los parques administrados por la Compañía de Parques Nacionales. Lleva el nombre de uno de los más ilustres próceres puertorriqueños. Ocupa una extensión de 27 cuerdas. Su origen data del 1918 según la trascripción del siguiente documento:

Ubicación: Barrio Puerta de Tierra, San Juan. Esta facilidad ubica en una finca cuya cabida es de aproximadamente veinte y siete cuerdas con dos décimos de otra (27.2 cdas.) Conforme a su descripción en la escritura descrita a continuación:--------------------------------------------------------

Título: Cesión de Traspaso mediante la Escritura Núm. 13 al 4 de abril de 1918 otorgada en San Juan, Puerto Rico ante el Notario Manuel F. Rossy. El Honorable Comisionado del Interior cede y traspasa por Orden Ejecutiva del referido bien inmueble a favor del Municipio de San Juan, el cual a través de la creada Comisión de Parque, establecerá, fomentará y mantendrá un parque público que se llamará "PARQUE MUÑOZ RIVERA".--------------------------------------------------------------------
Área: Veinte y siete cuerdas con dos décimos, (27.2 cdas.) o sea una superficie de diez hectáreas sesenta y nueve áreas y ocho centiáreas y seis decímetros cuadrados. En lindes por el Norte terrenos de la Reserva Federal, por el Este terrenos de la Reserva Federal, por el Sur con la Avenida Ponce de León y por el Oeste terrenos de la Reserva Federal. La referida finca se forma por agrupación de dos (2) predios de terrenos que colindan entre sí. ------

El sector este de la isleta, comprendido entre el puente de San Antonio y la segunda línea de defensa mantuvo una subdivisión parcelaria completamente distinta al resto de la isleta durante la dominación española, ya que estaba bajo el control de los militares. Los terrenos donde está ubicado el parque fueron una posición militar estratégica clave para la defensa de San Juan durante los días de Puerto Rico como colonia española. El parque tendió un puente sobre las tres fortalezas - EL Morro, San Cristóbal y San Jerónimo que protegían la isleta de San Juan. El área formó parte de la Segunda Línea de Defensa que protegió y logró evitar que San Juan cayera a los invasores por vía terrestre durante los 400 años de la ocupación española en Puerto Rico. En sus predios tanto el gobierno español como el estadounidense mantuvieron un área para ejercicios militares y un campo de tiro.

El campo de tiro estaba localizado en la Antigua Escuela de Artillería que España mantenía en la porción norte de la Segunda Línea de Defensa (antes, la Línea de Defensa a punto medio), mientras que las fosas de tiro al blanco se ubicaron en las cercanías de la Batería del Escambrón. El área fue usada también como aeródromo. En 1925 el gobierno de Puerto Rico acordó comprar y donar al gobierno de Estados Unidos los terrenos necesarios para el establecimiento del Fuerte Buchanan, a cambio del campo de tiro para rifles y ametralladoras del Escambrón. En virtud de la ley Núm. 33 de 1925 la legislatura autorizó a la Comisión de Parques a adquirir 42 acres en El Escambrón.  Las tierras del campo de tiro se destinaron para la construcción del parque público Luis Muñoz Rivera.

El primer antecedente de planificación del Parque Luis Muñoz Rivera corresponde al propuesto por el arquitecto municipal Pedro Cobreros en su proyecto para el plan de ensanche de San Juan en 1881. El plan incluía la construcción de un parque frente al hospital, (hoy Biblioteca y Archivo General de Puerto Rico) que ya estaba en construcción. Sin embargo, el plan de ensanche no se pudo lograr debido a la limitación en los medios económicos del Ayuntamiento disponibles para esa época.

Luego de la Guerra Hispanoamericana de 1898 y mediante la firma del Tratado de París, los terrenos localizados en Puerta de Tierra fueron transferidos por la Corona Española al gobierno de los Estados Unidos. Predominaron en el norte del sector los usos institucionales que requerían espacios más extensos. Se ubicaron en este lugar las sucesivas Ferias Insulares, un hipódromo, un aeropuerto y un parque de pelota. En 1918, pasaron al Municipio de San Juan. El Parque cuenta actualmente con una extensión de 27 cuerdas, aunque en sus orígenes estaban también integrados al área los terrenos del actual Parque del Tercer Milenio.

El deceso de Luis Muñoz Rivera en el año 1917, motivó a que el 20 de noviembre del mismo año, el senador Don Mariano Abril presentara en una asamblea extraordinaria de la Legislatura un proyecto de ley para establecer un parque urbano en San Juan, al cual se le pondría el nombre del prócer. Se crearía comisión ex oficio para encargarse del Parque Muñoz Rivera de San Juan, la Comisión de Parques. Aunque ese proyecto fue convertido en ley por el gobernador Arthur Yager, Ley Número 43 de 30 de noviembre de 1917, su implantación no fue posible hasta 1926. En 1919, la Ley Número 40 designó un de lote veintisiete hectáreas situado entre el antiguo la Primera y la Segunda Línea de Defensa como el sitio para el parque. El lote formaba parte de las tierras federales en el este al final de la isleta. En 1926 el gobierno asignó fondos considerables para el diseño y construcción del Parque Luis Muñoz Rivera que se ubicaría en los antiguos terrenos que ocuparan las ferias insulares, al norte de la avenida Ponce de León y frente al antiguo Hospital Municipal. El día 1ro. de 1926 se iniciaron los trabajos de construcción.

Francisco Valines Cofresí fue nombrado primer arquitecto y administradora cargo del Parque Luis Muñoz Rivera. Valines fue el responsable para añadir elementos significativos, tales como las fuentes con flores de loto, las fuentes de agua potable, la pirámide, y las características especiales del paisaje tales como la guitarra, la rosa de los vientos, el reloj de sol, el caracol, quioscos y otros. Dedicó el resto de su vida profesional desarrollando el esquema del parque que la firma de consultores Bennett, Parsons, and Frost había realizado en el 1924. 

Edward H. Bennett estudió en la parisina Escuela de Bellas Artes, así que sus diseños eran en gran medida la influencia de su formación académica. Estilísticamente, el parque fue diseñado en el estilo Beaux-Arts, siguiendo los postulados del Movimiento de Ciudad Hermosa, a la vez que incorpora elementos pintorescos. Bennett, en asociación con William E. Parsons y Harry T. Frost, se desempeñaron como consultores en planificación de muchas ciudades grandes y pequeñas. La construcción del parque finalizó en 1932.
 


1939  Álbum de Oro de Puerto Rico

Originalmente, se plantó una variedad de árboles de caoba, de úcar y de laurel de la india (Ficus microcarpa). Se construyó, además, una serie de jardines y arbolarios; estructuras que todavía hoy podemos apreciar. Resultan por demás curiosas las estructuras creadas por el artesano Víctor Cott. Utilizando la técnica del concreto moldeado sobre una armazón de varillas de acero y tela metálica construyó kioskos, pérgolas y bancos rústicos que semejan estar hechos de madera fosilizada. Se incluyeron también fuentes de agua sobre cuya superficie flotaban y destacaban las hojas y las flores de loto, además de una pequeña fuente de estilo español . De otra clase de fuentes, las de agua potable, brotaba un chorrito contínuo para calmar la sed de los visitantes.

En los predios del parque está situado El Polvorín, una sólida y masiva estructura que data del 1769 y formó parte integral de las defensas, donde se almacenaban los barriles de pólvora y municiones para el Fuerte San Jerónimo y la Batería del Escambrón. En 1935, El Polvorín fue utilizado como museo de historia natural y en 1945 sirvió como parque zoológico. En el extremo oriental se encontraba un foso donde se exhibían un par de cocodrilos, que dormitaban eternamente. La edificación en la actualidad alberga un centro para exhibiciones artísticas.

Cerca de El Polvorín, el parque contó hasta mediados del siglo XX con un centro de diversiones. Tenía un restaurante con barra, pista de baile y un local de juegos mecánicos de entretenimiento. Hacia el Norte quedaba el área de juegos para niños, con columpios, chorreras, sube-y-baja, y estructuras para gimnasia. Había también un palomar, donde anidaban decenas de palomas. Hacia el sur encontrábamos el local para diversión de "los carritos locos". Estos eran unos pequeños autos movidos por energía eléctrica. El piso era metálico y servía como polo negativo. De la parte posterior de los carritos se extendía hacia arriba una vara flexible que hacía contacto con una malla metálica colocada en el techo. Éste era el polo positivo. Resultaba impresionante observar las chispas que producían los arcos eléctricos en las ruedas de acero y el contacto en el techo. (J. Torres)

Al lado del área de diversiones para niños había una gran fuente de agua de forma circular y poca profundidad. Durante los fines de semana los chiquitines la utilizaban como piscina. 

Este parque sería el primero de gran escala en San Juan. El diseño propuso la alineación de una nueva avenida este-oeste al norte del parque. Esta nueva vía se extendió posteriormente a lo largo de toda la isleta y se nombró avenida Luis Muñoz Rivera.

El seis de enero de 1952 escenificó lo que fue catalogado como el Simulacro Mayor, la Alcaldesa de la Capital, doña Felisa Rincón de Gautier, hizo traer, por avión, desde los Estados Unidos, un cargamento de nieve que, expuesta en el Parque Luis Muñoz Rivera, brindó a una muchedumbre alucinada el efímero placer de tocarla, comerla, de entrarse a pelotazos con ella, de fabricar, incluso, un muñeco patético que muy pronto vino a dar en lodo. Esta "nevada", que sirvió de espectacular preámbulo a la inminente Constitución del Estado Libre Asociado, de alguna manera pretendía anunciar las bondades venideras por la ratificación de nuestra dependencia del Norte. Después de todo, conforme al corazón de la Alcaldesa, nosotros los niños curtidos del trópico también teníamos derecho a la blanca Navidad de nuestros conciudadanos metropolitanos.


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952-La alcaldesa Felisa Rincón trae el primer avión con nieve a San Juan.

En 1956, el edificio de la Corte Suprema fue inaugurado en el extremo oriental del Parque Muñoz Rivera, donde estuvieron anteriormente situadas las instalaciones de la PRRA. El diseño de los arquitectos Osvaldo Toro y Miguel Ferrer colocó el edificio en eje con el Parque Muñoz Rivera

En el extremo Oeste del parque se encuentra el Pabellón de la Paz, construido en el 1988. El lugar está abierto el aire libre con capacidad para 1,500 personas. Su ubicación, en el extremo del eje principal, crea una imagen de un centro comercial, con el pabellón como el característica dominante. Sin embargo, su altura bajo nivel y la ausencia de paredes cerradas ayudan a mantener una sensación de apertura y sin luz, es decir, no intrusiva para el conjunto parque de diseño. El pabellón fue diseñado por los arquitectos Joaquin Ibañez Montoya, Maryan Alvarez Builla and Mario A. Corsino. Es utilizado para actividades sociales, cívicas, culturales, educacionales y recreativas. Hasta mediados de los años 50 existió en este lugar una feria de diversiones, con su "carrousel", "estrella", "sillas voladoras", "pulpo" y "gusano". En su tarima de madera se llevaron a cabo presentaciones de artistas locales y extranjeros de fama internacional; Libertad Lamarque, Jorge Negrete y Carlos Gardel, entre otros más. Un trágico accidente ocurrió en un sector hacia el norte, cerca de la playa, durante una de las presentaciones del actor del cine mexicano Tito Guizar. El público eufórico invadió la tarima y ésta se desplomó, aplastando a varias personas bajo ella.  (J. Torres)

De 1974 a 1975, el arquitecto Orval Sifontes diseñó un plan maestro para el Parque Luis Muñoz Rivera. El alcance del plan maestro abarcaba: los árboles y el inventario de los bancos, la reparación de daños en bancos y aceras, el estacionamientos alrededor de la fuente central fue eliminado y sustituido por áreas de siembra. Una zona de estacionamientos más pequeños se construyó (en las intervenciones posteriores se eliminó), una subestación eléctrica oculta bajo un montículo de tierra, un plan de distribución de alumbrado se llevó a cabo, y la actual zona de campo de juego fue rediseñada. El área de de juego incluía un montículo con escalera de adoquines y una chorrera, una sección de columpios, escaleras, postes para escalada (de acero inoxidable y madera), una caja de arena, y un sube y baja de madera.

Con el paso de los años el parque fue deteriorándose y el 18 de septiembre de 1989 sufrió los estragos causados por el Huracán Hugo. En 1990, el arquitecto Otto Octavio Reyes preparó un otro Plan Maestro para la restauración y desarrollo del Parque. El Banco de Ponce asumió la responsabilidad de restaurar el parque en una acción cívica de colaboración con el Gobierno. Para esta fecha fueron restaurados los viejos patrones de cerámica del piso. Todos los murales del Parque Muñoz Rivera fueron hechos por José M. Flores Meléndez.  Los 37 murales en mosaico veneciano recibieron un premio a nivel de Latinoamérica y Suramérica (a nivel de mural en pavimento). Como parte de la última remodelación -de varias que ha tenido el Parque- en el año 2001 se llevó a cabo un inventario de árboles y un Plan de Manejo que incluyó un proceso de análisis de las condiciones en que se encontraban los mismos. Como dato importante, el inventario reflejó una cantidad de 948 árboles pertenecientes a 53 especies diferentes, estimándose que cerca de 220 árboles necesitaban atención urgente. Se recomendó, además, la remoción de 29 de ellos y se concluyó que el 100% de los árboles y palmas necesitaba algún tipo de manejo.

Entre el 1990 al 1992 un importante proyecto  de renovación incluyó la construcción de El Mirador, que vino a ser una terraza abierta con balcón y la adición de un nuevo café en el techo de el edificio existente de la administración del parque . Esta edificación fue construida en el 1939. Era una larga estructura de hormigón construida a lo largo de la cara exterior del perímetro norte, contigua al edificio del Polvorín. El diseño original de la porción central de la fachada consistía de tres aberturas arqueadas, rodeadas por un marco rústico de concreto que simulaba troncos de madera, previamente diseñado por Víctor Cott. Según Ariana M. Cintrón "El edificio está basado en el principio fundamental de la asimetría y la naturaleza. La forma misma de la parte posterior del lugar que representa un lagarto gigante. El lagarto gigante tiene un revestimiento en módulos de piedra, cuyo engranaje con el resto de la arquitectura transita visualmente por la configuración del piso. Éste le alcanza partiendo de escaleras hechas en mosaico de lajas de piedra que descienden del lomo del lagarto hasta colindar con el otro lado de la arquitectura. Los escalones aluden a las olas del mar con sus formas redondas y desiguales".

En el año 2003 el arquitecto Andrés Mignucci Giannoni estuvo a cargo de los proyectos para continuar desarrollando el parque. En la rehabilitación del parque el Gobierno invirtió $12.2 millones. Como parte del proyecto de revitalización del Parque se sembraron más de 200 árboles y se construyó una fuente lineal en varios niveles construida en granito, de cara a la escultura del prócer que le da el nombre al parque. En la superficie del lado sur de la fuente, obra del arquitecto Andrés Mignucci, está grabado el poema "Paréntesis", de Muñoz Rivera. Los trabajos incluyeron el cambio de luminarias, la construcción de una subestación eléctrica,  y una obra de arte llamada "Torre Mural", de la artista puertorriqueña Susana Espinoza. Otros arreglos notables son la instalación de mosaicos artísticos de vidrio veneciano con motivos de flora y fauna de Puerto Rico en el Paseo Sur, la pavimentación en granito, lajas y argamasa; la reparación de seis tipos de encintados , cuatro fuentes ornamentales, veredas pavimentadas y áreas de juego para niños con suelo de goma para evitar accidentes. Además se sembraron 2,300 plantas y flores ornamentales, y se restauró la estructura de El Polvorín.  También se añadió mobiliario urbano de modernas líneas en caoba filipina

La historia de la actividad gubernamental en Puerto Rico con respecto a los parques y recreo públicos tuvo su principio en 1917, con la creación de una comisión ex oficio para encargarse del Parque Muñoz Rivera de San Juan, la Comisión de Parques. En varias ocasiones se concedieron a dicha comisión atribuciones adicionales, especialmente, en 1935, la de construir parques en otras regiones de la isla.

De conformidad con las Leyes Núm. 9 y 10 de 8 de abril de 2001, el Parque Luis Muñoz Rivera se designó y pasó a formar parte del Sistema de Parques Nacionales, estando anteriormente bajo la jurisdicción de la Compañía de Fomento Recreativo, creada por la Ley Núm. 114 de 23 de junio de 1961, según enmendada, mejor conocida como la "Ley de la Compañía de Fomento Recreativo” y del Fideicomiso de Parques Nacionales creado mediante la Escritura Constituyente número 3 del 23 de diciembre de 1988. El Sistema de Parques Nacionales, establecido por la Ley Núm. 9 de 8 de abril de 2001, designa todos los parques de la Compañía y del Fideicomiso como Parques Nacionales a fin de que integrados al Sistema, se propicie su protección, disfrute y conservación. Reafirma la política pública del Estado Libre Asociado de Puerto Rico de promover la protección, conservación y el uso recreativo de parques, playas, bosques, monumentos históricos y naturales de Puerto Rico de tal forma que se preserven y mantengan en óptimo estado para el disfrute de las presentes y futuras, generaciones de puertorriqueños y visitantes del exterior"

A tenor con la política pública establecida en las referidas leyes, corresponde a la Compañía de Parques Nacionales de Puerto Rico, creada en virtud de la Ley núm. 10 de 8 de abril de 2001, la misión de conservar, proteger, y desarrollar el Sistema de Parques Nacionales. Estas leyes dispusieron que todo Parque Nacional, presente y futuro, será administrado por la Compañía de Parques Nacionales, exclusivamente y de conformidad a las disposiciones de estas leyes.

Además de contribuir al mejoramiento del ambiente natural en un área de desarrollo urbano intenso, el Parque Luis Muñoz Rivera ofrece a sus visitantes diversas alternativas para la recreación y el esparcimiento. A los adultos les ofrece un extraordinario espacio para caminar, para la contemplación de la naturaleza con su exuberante vegetación,  hermosos y extensos jardines, aceras espaciosas, quioscos, fuentes para relajarse y bancos para descansar y disfrutar de un día apacible. Para los niños, un área segura con estructuras interesantes y divertidas para jugar.  Este es el gran parque urbano de nuestra memoria colectiva. Su sitial no ha podido ser desplazado por las nuevas formas de entretenimiento que existen al margen de la sociedad civil. El parque vive de nuevas generaciones y de los que con nostalgia ven en él un pedazo de ellos mismos.

Fuentes
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Aníbal sepúlvedaSan Juan Historia ilustrada de su desarrollo urbano
-Aníbal Sepúlveda y Jorge CarbonellSan Juan Extramuros
-José Luis Vega/ La Nieve del Trópico, La Jornada Semanal, 21 de noviembre de 1999
-Magali García Ramis/Memoria de la Ciudad
-Infraestructura Verde/ CPNPR
-Maria Eugenia Estades Font, La presencia militar de Estados Unidos en Puerto Rico 1898-1918.
 Intereses estratégicos y dominación colonial.Ediciones Huracán, 1999.
-Ariana M. Cintrón/ Parque Luis Muñoz Rivera, Arquitectura Orgánica, Espacio abierto y publico.
 jueves 7 de abril de 2011
-Cámara de Delegados de Puerto Rico, Segunda Asamblea Legislativa, Primera Sesión 1903,
 Sesión del día13 de enero de 1903, Sesión Conjunta de la Asamblea Legislativa, Terrenos Públicos.
- National Register of Historic Places Registration Form – Luis Muñoz Rivera Park. United States
 
Department of the Interior. National Park Service. (Washington, D.C.). November 14, 2007.
- Reapertura de un tesoro urbano, el Nuevo D
ía, viernes 31 de octubre, 2003.
- El Nuevo D
ía, 29 de enero de 1990.
-El Imparcial, February 23, 1927. pp. 6.
-E
l Alfarero del  Callejón de la Capilla, El Nuevo Día, domingo, 17 de julio de 1994
-
Plan integral de manejo y conservación para el Estuario de la Bahía de San Juan   (EBSJ),Vol.1,Año
 2000
-Revista de Obras Públicas, Agosto 1934, Fondo: Obras Públicas, Archivo General de Puerto Rico.

- Álbum de Oro de Puerto Rico, La Habana, Artes Graficas, 1939.